Diario de una Rookie Vet

Diario de una Rookie Vet
El verano de 2012 "Diario de una Rookie Vet" actualizó día a día desde Kathmandú, Nepal... Ahora, 9 estudiantes de Veterinaria viven su propia aventura en Ichangunarayan trabajando como veterinarios voluntarios! ¡No te lo pierdas! (clicka la imagen para formar parte de esta pequeña aventura...)

martes, 31 de enero de 2012

Escalando apuntes


Hay que tomarse las cosas como lo que son. Y las cosas son relativas.
Cogiendo distancia se hacen más pequeños los problemas y los dramas se diluyen en mares de cosas verdaderamente más importantes. Serán millones de palabras, cientos de miles de frases, unos mil folios y unos cientos de temas. Pero ahora debería preocuparte tan solo la página que estas leyendo. Todo lo demás viene después de manera inevitable. Y si no se puede evitar, no debería preocuparte que suceda...

Es verdad, si. Yo he subido a 5545m de altura y muchas veces estas montañas de papel parecen mucho mas altas, mucho más hostiles y mucho más asfixiantes, desde donde la caída será mucho más dolorosa. Pero en ese momento en el que todo es una mierda, levantas la vista y recuperas las perspectiva. Detrás de las quejas, el sufrimiento agónico del que tanto nos quejamos, las horas muertas, los litros de café y el exceso de sueño... Sólo son papeles. Sólo son exámenes. Sólo son unas semanas. Estamos haciendo lo que elegimos un día, y si seguimos con ello, es porque no nos arrepentimos

(acordaos SIEMPRE de esto cuando digáis aquello tan socorrido de... "Puta carrera!") =D

¡¡Animo cachorros!!

domingo, 29 de enero de 2012

domingo, 22 de enero de 2012

Venga, me voy a la cama...



...cuando termine estas 30 paginas...
(Ehm... Si bueno, quien dice 30 dice 2 más...)


Zzzzzzz

viernes, 13 de enero de 2012

"1... 2... 3... PATATA!"

(después de adentrarnos durante unas cuantas entradas en lo más hondo, salgamos a lo superficial...)

Hoy es un de esos días que apuntar en tu biografía del Facebook, el día de que nos salga el grano reglamentario en el centro meridional de la cara y en la que, por más kg de antiojeras que te eches, parecerás un mapache heroinómano. Hoy es el día de la foto de nuestra orla!!!

Y a pesar de la sensación de americanada propia de instituto estadounidense que nos provoca ir todos con camisita blanca y corbata y  usar un birrete americano en el Estado Español (todos nos avergonzamos del birrete español, esa es la verdad), el regusto final es de que esto se acaba... y de que son las cosas como estas las que recordarás cuando a miles de km de casa o en una ciudad a tan sólo unos pocos de aquí, mires a la pared y veas "Promoción 2012" sobre 150 cabezas sonrientes, jóvenes e ignorantes... antes de seguir con lo que sea que estemos haciendo dentro de unos años...

Más allá de la superficialidad de una foto, de lo absurdo de arreglarnos y peinarnos cuando no lo hemos hecho (como es mi caso) en 5 años de carrera para salir hermosos, queda ese sentimiento que por lo menos yo a veces echo en falta. La sensación de pertenecer a algo más grande que la propia unidad del estudiante de Veterinaria sentado como un desconocido en una biblioteca atestada de gente a la que no quiere conocer mientra se ahoga en un mar de papeles. El sentimiento de pertenencia y el instinto gregario se acentúan cuando los finales están cerca...


Un acto simbólico más que se tacha de un calendario al que cada vez le quedan menos días por descontar... 


(y si, no os preocupeis, no sois los únicos que habeis salido mal... =D )

jueves, 5 de enero de 2012

La muerte nos persigue...

Como todos los niños, tienes miedo a muchas cosas de pequeño. Y te haces grande, pero sigues temiendo algunas cosas.
No me da vergüenza decir que la muerte me da mucho miedo. Ese miedo desesperanzador que te hace plantearte si todo lo que haces de verdad merece la pena si un día todo hará catacroker y te quedarás en polvo. En esos momentos que requieren de todo tu esfuerzo y de toda la fe en que, de alguna manera, todo tiene que salir bien, pensar en que, de un momento a otro, todo deja de tener sentido te resta muchas fuerzas.
Siempre digo que las cosas que temes hay que estudiarlas y comprenderlas, y cuando entiendas como funcionan te dejarán de dar miedo. Eso no puede aplicarse en este caso...

La muerte me persigue... por dedicarme a lo que me dedico. A veces la muerte es horrible, y se lleva al paciente y, con él, días de tu vida, días en los que te has dedicado por completo a luchar en una batalla que no puedes ganar. A veces llega de repente, y no te da la oportunidad de luchar. Otras simplemente se extiende como una marea negra que deja todo en calma.

Siempre revindico las bondades y virtudes de la Medicina Veterinaria. Pero ahí va una de las más grandes y tristes verdades que existen acerca de nuestra praxis: la eutanasia es una gran parte de nuestro trabajo.

Alguien al que admiro profundamente (desde que he conseguido entender algunos de sus por qués) me dio una jeringuilla llena de ese liquido rosa: "... el 10% de tus pacientes van a ser bajas" y lo hice.

Ya no veo la eutanasia como sacrificar al pobre Rocky de 16 añitos, en los brazos de su dueña, tras una vida plácida y confortable, para evitarle sufrimiento. El sacrificio como medida de control de plagas, de enfermedades infecciosas y zoonóticas. El sacrificio como medida de sostenibilidad económica cuando el mantenimiento del animal no es rentable (V€t€rinaria). El sacrificio como fin de la utilidad productiva de un animal. El sacrificio como tratamiento.

Hace unos días llego a consulta una Pointer de 13 años. Tenía un bulto en la cadera derecha, se había extendido hace unos días. Llevaba sin comer unos 3 días, sin apenas levantarse. Posiblemente fuese una metástasis; estaba deshidratada y necesitaba fluidos. Necesitábamos unas Rx de tórax, pero no hicimos nada. "Quería que la sacrificasen". Sin más. Sin diagnóstico, sin tratamiento, sin nada.

No podemos cargar con los cuerpos a la espalda, porque ese peso no nos dejaría avanzar hacia delante.
Pero no estoy hecha para dejar de preguntarme porqué tengo que sacrificar a un animal sin haberme dejado la piel antes intentándolo. Aún sabiendo que no lo voy a conseguir. Es una especie de vehemencia estúpida que me conduce a dar vueltas en la cama pensando en que tengo un poder que no me gusta nada.

Quizás por eso sigo teniendo tanto miedo, porque no lo entiendo. Es algo impuesto desde niños. Nacemos y morimos. Pero yo todavía no he encontrado cuales son mis derechos y deberes para decidir el cuándo.