Si digo que está siendo un año duro, todos lo han sido. Y no tiene nada de especial, como te vas dando cuenta a lo largo del tiempo con todas las cosas. Quizás sea el esfuerzo personal que estamos haciendo todos y cada uno para no mandarlo todo a la mierda. Son muchas horas de charlas sobre lo mismo, practicamente todos los dias, charlas que por ser en un banco a la puerta de la biblioteca o delante de los tupers nos parecen muy tontas y repetitivas. Pero son muy importantes.
El año que viene acabarán algunos ¿afortunados?, otros hemos decidido alargarlo (casi-voluntariamente) pensando que saldremos con más práctica. Nos vamos de Erasmus, nos vamos de prácticas, nos quedamos aquí, estudiamos inglés, publicamos, trabajamos, maduramos.
Pero hay veces que la pura frustración te hace retroceder años, y pensar en que habría pasado si hubieses elegido otra cosa.
Ayer tuve una conversación en la que la conclusión fue que somos muy afortunados en comparación con un campesino pobre de Etiopía. Y es cierto, incluso somos afortunados dentro de nuestro propio entorno. No quita que tengamos que decir y los demás reconocernos que hay que tener un par de huevos para hacer esta carrera. No digo que sea más difícil, más dura o más importante que otras. Solo que tienes que poner tus "testis" encima de la balanza junto a la vocación, las ganas y la ilusión para que la injusticia, el gigantesco esfuerzo y los cabrones no pesen más.
Si hay algo que he tenido que repetir esta semana es que no somos imbéciles, que valemos para esto, que no somos cualquier cosa y que si estamos estudiando esto es para poder vivir agusto de ello y no vivir para llegar a ser veterinarios. Es un complemento a todo lo demás, y lo dice una persona que considera que el 70% de su vida es esto.
La semana pasada me dijeron que si alguien pasa la PAU y entra en Veterinaria es que puede con la carrera sin problemas. Y eso no lo dudo. Pero hay que tener más madera para aguantar todo lo que viene con ello.
Quieren que corramos, sin tropezar y sin caer, pero ponen piedras.
Y aún así hay dias que te levantas con la sonrisa en la cara porque sabes que lo estas haciendo bien. Lo he dicho muchas veces en este blog, y no se cuantas más fuera. Un número no va a decirnos lo buen veterinario que podemos llegar a ser o ya somos, los examenes son pura burocracia, como si rellenásemos una solicitud para que nos concedieran el título. Pero el título, lo tenemos hace años y además, bien merecido.
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