Cada vez pienso más firmemente que hay dos tipos de personas en el mundo, las personas que empatizan, las personas que no pueden hacerlo. Y cuando digo empatizar es empatizar con todo. Posiblemente sean estos tiempos en los que la televisión es un escaparate por el que muchos podemos decir que hemos visto guerras, asesinatos y muerte. Posiblemente por esto tambíén haya una hiperplasia de tejido desconectivo a nuestro alrededor que nos permite cenar tranquilamente mientras el televisor gime agónico de dolor. Es la evolución, la selección natural, aquellos que no desarrollan una coraza no sobreviven. Pero la inmunidad abarca muchas más antígenos.
Solo hay dos tipos de personas en el mundo, las que empatizan y las que no. Posiblemente para ser un buen veterinario tengas que ser del tipo empatizante y degenerar lentamente al otro bando. Al igual que no haces tuya cada muerte, cada guerra, cada catástrofe, no puedes hacer tuya cada muerte que no has podido evitar. Supongo que los años te regalan la capacidad de sobreponerte en minutos a cada fracaso que se suma a tus espaldas. No es mala praxis, no es falta de capacidad. En ocasiones el equilibrio de fuerzas se decanta por una de las partes y no podemos olvidar nuestro peso, demasiado pequeño.
No hay mucho con que combatirle a la muerte o a la enfermedad. Quizás solo nos hagamos más fuertes ante ella con los años, cuando la resignación y la experiencia consigan eliminar las lágrimas de nuestros ojos cuando perdemos un paciente. Por ahora nos vencen la muerte y la impotencia; aun no estamos hechos. No pesamos lo suficiente para desestabilizar la balanca a nuestro favor. Eso es lo que más duele, tener las manos atadas, por mucho esfuerzo, horas y ganas que se vuelquen es cosa del tiempo ganarnos un puesto en el que luchar sin lesionarnos poco a poco a nosotros mismos
Honraremos a todos los que no han podido salvarse en nuestras manos con la vida de otros que lo harán cuando seamos veterinarios.
Solo hay dos tipos de personas, las que entienden que perder un animal en tus manos es tan doloroso que todas las lágrimas son pocas y las que dicen "Solo es un ratón"...
[En memoria de Flóculo Tommy Ramone Jr.]
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